En el acto final de la glucólisis, la enzima piruvato quinasa juega el papel estelar al transferir un grupo fosforilo del PEP al ADP, culminando en la creación de dos moléculas de ATP a partir de cada molécula de glucosa procesada.

El gran potencial energético de hidrólisis del PEP impulsa su transformación en piruvato de manera irreversible. Esta considerable liberación de energía libre, que caracteriza la irreversibilidad de la reacción, está ligada a la tautomerización espontánea del piruvato desde su forma enol, menos estable, a la forma ceto, su configuración más estable y energéticamente favorable.